– Dientes montados: Cuando no se tiene suficiente espacio en la mandíbula para que los dientes se ajusten con normalidad. Los dientes montados pueden dificultar la limpieza dental y facilitar que la placa, el sarro y las bacterias dañinas se acumulen, así como la aparición de caries y enfermedades de las encías.
– Maloclusión dental: Cuando hay una irregularidad en el contacto y encaje entre los dientes del maxilar superior con los del maxilar inferior.
– Dientes separados: Cuando se tiene espacio extra, los dientes pueden presentar huecos antiestéticos entre ellos. Esto puede hacer que las encías se vuelvan más sensibles y dolorosas.