Aunque la principal razón por la que se produce esta disminución del maxilar es la falta de dientes, hay otros factores que favorecen este problema.
La presencia de una enfermedad periodontal avanzada conlleva la presencia de bacterias en la cavidad oral. A medida que transcurre el tiempo, el sarro solidificado alcanza la raíz y el hueso alveolar, originando su pérdida gradual.
Recibir un impacto en la dentadura no solo puede ocasionar la rotura de los dientes. A la larga, es posible que perjudique al nervio –causando su calcificación– y reduzca el hueso dental.
Padecer ciertas patologías como la diabetes o la osteoporosis hace que la persona tenga una mayor propensión a sufrir la disminución de hueso maxilar.
El hueso necesita de la estimulación dentaria para su correcto funcionamiento.