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ToggleEl mal aliento y sus causas no son algo que se pueda tratar a la ligera. Puede condicionar de forma significativa no solo nuestras relaciones sociales y de pareja, incluso las laborales. Quizá sea precisamente en las relaciones íntimas donde más perjuicios ocasiona, y puede contribuir mucho a enfriar una relación sentimental. Las consecuencias serán un deterioro en la autoestima del paciente.
Según algunas estadísticas, más de un veinticinco por ciento de la población mundial padece alguna vez halitosis, sin distinción de sexo. Además, se suele dar la circunstancia de que el que sufre de mal aliento a menudo es el último en percatarse porque se le bloquea el olfato. Y la gente a su alrededor, aunque sí se entera, le suele dar reparo decírselo al afectado. Muchas veces terminan poniendo distancia de por medio para evitar el conflicto.
Causas del mal aliento
Principalmente el origen del mal aliento comienza en la cavidad bucal, en concreto así es en 8 de cada 10 casos. La causa fundamental es la progresiva descomposición de residuos y partículas de alimentos por parte de la flora microbiana. Algunos de esos compuestos, que se liberan en forma de gases, son derivados del azufre. Esto explica su mal olor. Y se acumulan sobre todo en dientes, encías y lengua.
De hecho, es común que el mal aliento se intensifique por las mañanas. Esto se debe a que durante el sueño la saliva fluye mucho menos. Así, los dientes, la lengua y la boca en general se resecan al estar menos hidratados tanto tiempo. A esta condición se la conoce como xerostomía. El caso es que la saliva ejerce una función limpiadora de bacterias y otras sustancias químicas que producen halitosis.
¿Por qué me huele el aliento si me lavo los dientes?
El mal aliento, por otra parte, también puede ser una señal de determinados trastornos en el tracto gastrointestinal o en el sistema respiratorio. También nos puede estar alertando de una posible diabetes o de una insuficiencia renal o hepática. Incluso pueden ser las amígdalas de la garganta las responsables olor desagadable, pero se trata de una condición muy difícil de detectar. Y ciertos medicamentos también pueden provocar halitosis.
Pero que el mal aliento sea causado por este tipo de trastornos de salud más profundos solo se da en raras ocasiones (concretamente, en el 20% de los casos). Entonces va a tocarte consultar a tu médico para un diagnóstico y arreglar el problema.
Sin embargo, como decimos, la mayoría de los casos de mal aliento se explican por un déficit en la limpieza bucodental y por adoptar determinadas conductas. Por ello, en el apartado siguiente te damos una serie de consejos relacionados con ciertos hábitos de vida que pueden estar detrás del mal aliento. Así podrás confirmar o descartar si son tus comportamientos u otras afecciones los que causan el mal aliento.
Si se da el caso de que la causa de tu halitosis no se pueda explicar por tu estilo de vida, entonces deberías consultar a un médico, insistimos. Será la mejor manera de llegar al fondo de la cuestión.
Consejos para evitar el mal aliento
Higiene bucodental
- Lo primero es cuidar la higiene de dientes y boca en general. Cepillarse con productos de calidad al menos tres veces al día, incluso más, es el primer paso. Al cepillado de después de las comidas podemos añadir dos cepillados más: al levantarse por la mañana y antes de irse a dormir.
- Renovar el cepillo de dientes cuando lo recomienda el fabricante también es algo a tener en cuenta. El periodo estándar es de 3 ó 4 meses.
- El hilo dental también es un gran aliado para evitar el mal aliento porque remueve eficazmente los restos de comida.
- No podemos olvidarnos tampoco la higiene de la lengua. Son muchas, como hemos mencionado ya, las bacterias que se acumulan en la lengua y causan mal aliento. La mayoría se concentran en el tercio posterior de la misma.
- Una limpieza profesional de sarro y bacterias de la boca al menos una vez al año también es fundamental. En tu clínica de referencia te darán las indicaciones necesarias dependiendo de tu caso particular. La recomendación habitual es realizar una limpieza dental una vez al año para evitar enfermedades e infecciones, pero hay quienes la necesitan cada 6 meses.
Hidratación de la boca frente al mal aliento
- Para combatir la sequedad de la boca e hidratarla la mejor solución es beber mucha agua. Últimamente los expertos consideran que 3 litros al día es lo ideal. Una manera de llevar la cuenta es llenar un par de botellas de litro y medio a primera hora de la mañana e ir bebiéndolas a lo largo del día. También puedes recurrir a jarras que indiquen la capacidad que tienen.
- Asimismo, se puede reactivar la producción de saliva mascando chicle. Eso sí, mejor chicles sin azúcar, no queremos que desarrolles una molesta caries. Una pega que tiene esta alternativa es que a algunas personas les puede resultar de mala educación que estés mascando chicle. Por eso te recomendamos que elijas bien el momento.
Algunos geles dentífricos, enjuagues y colutorios contribuyen a restituir un aliento fresco y duradero contra la halitosis. También existen tabletas y pastillas con aroma de extracto de plantas como menta y grosella.
Alimentación
- Los alimentos que comes también juegan un papel fundamental en el olor del aliento. Los derivados lácteos, frutas y verduras, por ejemplo, contribuyen a tener un mejor aliento. La carne roja, las comidas picantes, alimentos ricos en grasa y en azúcar, alcohol, queso o café, por el contrario, están detrás en muchas ocasiones de un fuerte mal aliento y reflujo.
- Pese a lo que se suele decir, comer ajo y cebolla apenas guardan relación con la halitosis, al menos a largo plazo. El efecto de sus olores es más bien puntual.
Tabaquismo y mal aliento van de la mano
- Dale puerta al tabaco en tu vida. Además de ser malo para la salud en general, el tabaco afecta gravemente al bienestar bucodental. Estos efectos perniciosos pueden derivar incluso en la pérdida de piezas dental, y por supuesto en mal aliento.
- Por un lado el tabaco altera la flora bacteriana de la mucosa oral y provoca que se salive menos. A menos saliva, menos protección contra las bacterias saprófitas, que son las que se alimentan de los restos de comida. Y a más restos de comida entre los dientes más mercaptano de metilo. Este compuesto se genera de la descomposición de los restos de comida y tiene muy mal olor.
- Además, fumar atenúa tu capacidad olfativa, lo que te limita a la hora de detectar el mal olor que desprende tu propia boca. Es uno de los factores que llevan a que el que padece halitosis sea él último en darse cuenta, como decíamos al principio del artículo.
- Por último, las encías enferman por acción del tabaco en un proceso denominado periodontitis, lo que suele ser una de las causas del mal aliento ya que se ve acompañado de una fetidez significativa.