Antiguamente, los pediatras como norma general, aconsejaban llevar al niño a su primera visita al dentista cuando éste tuviera todos los dientes de leche en boca, tras cumplir un año.
Actualmente, se aconseja hacer la primera visita con el odontólogo dentro del primer año de vida. Al contrario de lo que se creía, los bebés pueden experimentar problemas dentales ya durante su primer año, algunas de las alteraciones que pueden sufrir son relativas al crecimiento por eso es aconsejable que lo revise un dentista profesional para llevar un control y comprobar que todo va bien.
¿Cuándo llevar al dentista a un niño por primera vez?
Lo más común es que el niño acuda a su primera toma de contacto con los dentistas cuando ya tenga sus veinte dientes, en torno a los tres años de edad.
Estudios actuales revelan que la gran mayoría de los niños, menores de cuatro años ya presentan alguna caries en boca.
Un diente cariado o fracturado puede provocar dolor o infecciones, muchas veces teniendo que administrar medicación para aliviar las molestias. Si se realiza la extracción prematura en un diente temporal y no se mantiene ese espacio, puede provocar problemas para la correcta erupción del diente permanente.
Por eso como padres es tan importante hacer uso regular del servicio de odontología.
Además, en ocasiones puede ocasionar daños en el germen del diente que saldrá después, por lo que las visitas al dentista suelen adelantarse para así prevenir ciertos hábitos o enseñarles técnicas que le ayudarán en su día a día.
¿En qué consiste?
En las primeras visitas, el odontólogo hará una revisión de todos los dientes de leche, así como de la mordida del niño y su posible evolución, pudiendo llegar a tener dificultad en su masticación y en su deglución, en su estética y también en la fonación de determinados sonidos (el hablar correctamente).
Examinará también que los dientes del bebé sean de un color blanco uniforme, posibles alteraciones del crecimiento normal de los maxilares o de posición dental que puedan estar asociados a hábitos como la succión del pulgar u otro dedo, el uso del chupete, la respiración oral, etc.
En esta primera visita, la odontóloga también aclarará a los padres las pautas que deben de seguir para mantener la salud bucodental de su hijo, así como medidas preventivas en cuanto a hábitos, consejos de alimentación y de limpieza bucal.
Es importante que los padres hagan que sus hijos tomen conciencia de la importancia de tener una boca sana para que, cuando crezcan, mantengan la rutina y así prevenir problemas graves de salud bucodental. Todos estos cuidados pueden ser de ayuda y favorecer a un correcto desarrollo dental de los más pequeños de la casa.
Como los niños son muy pequeños en la primera visita, a su vez, se ayudará a superar el miedo que sufren algunos pequeños. Por eso, hemos de intentar hablar de forma positiva acerca de la necesidad de ir al dentista.
El niño tiene que ver que la visita al dentista no es algo desagradable y que generará beneficios en el futuro, además, si lo habitúas a visitas regulares y no solo cuando existe algún problema, aprenderá que ir al dentista es una actividad necesaria y no la asociará con algo malo ni doloroso.
En muchas ocasiones son los propios padres los que transmiten a los niños este miedo debido a sus malas experiencias por lo que debemos evitar:
- Amenazar al niño con que lo llevaremos al dentista
- Conseguir que el niño crea un hábito y que vea que su higiene bucal es responsabilidad suya, para cuando vaya al dentista el odontólogo lo felicite por su buen trabajo
- Explicarle que la visita al dentista se realiza para evitar que tenga problemas en los dientes. Ni mucho menos va a hacerle daño y además su sonrisa se verá más bonita.
Aspectos a tener en cuenta
Para preservar la salud dental de nuestro pequeño, antes incluso de salir el primer diente, debemos:
- Utiliza una gasa humedecida o un dedal de silicona para retirar los residuos de leche que hayan podido quedar en las encías y en la lengua.
- Evita limpiar su chupete con tu boca o soplar directamente sobre su comida para enfriarla, especialmente si tú has tenido caries. Puedes contagiarle las bacterias que la producen.
- No mojes su chupete en sustancias dulces.
- Cuando empiece a manifestar molestias por la erupción dental, dale un mordedor con textura blanda de los que se pueden enfriar, pero nunca si está congelado: podría provocarle
quemaduras en las encías.
A partir del momento en que surja el primer diente, deberás empezar a cepillarlo. Utiliza un cepillo específico que se adapte a tu mano y a las necesidades de la boca del bebé.
- Hasta los dos años de edad, puedes realizar el cepillado sólo con agua o utilizando el gel bálsamo para encías. A partir de los dos años, se recomienda empezar a emplear un dentífrico específico para niños que refuerce su esmalte contra la caries.
- Intenta empezar a reducir la lactancia nocturna cuando broten sus primeros dientes. Disminuirás las posibilidades de que los restos de leche en la boca puedan favorecer el desarrollo de caries.